Conocimiento y ética


Conocmiento y ética

El ser humano está en constante búsqueda de conocimiento, hay habilidades básicas que se adquieren para sobrevivir, así mismo hay conocimientos que sólo por mera curiosidad los adquirimos, se puede prescindir de ellos, pero nos sentiremos estúpidos al darnos cuenta de que ignoramos muchas cosas. Los conocimientos que obtenemos por supervivencia, como respirar, pueden ser cruciales, pueden implicar hasta la propia vida, pero aun así, no nos limitamos a sólo tener este tipo de conocimientos, por lo que aprendemos de todo y aun así nunca terminaremos de eliminar nuestra ignorancia por completo.
De la misma manera que se han establecido conocimientos básicos, se han delimitado las acciones a lo que debemos hacer y lo que no. El ser humano ha sobrevivido por su adaptabilidad, y por seguir cierto tipo de conductas que no ponga en riesgo la vida, y todo ello va acorde a lo que va sucediendo.
Existen situaciones que están totalmente fuera de nuestro alcance, apegadas a nuestras posibilidades físicas, económicas, etc. Aun así, lo que nos pasa día a día es más que pura elección propia, las posibilidades de que suceda algo, están adaptadas a nuestras posibilidades físicas y a partir de allí, todo lo que pasa no son más que puras causalidades y si nos toman de sorpresa, es porque no le damos el suficiente tiempo de reflexión hacia las consecuencias que puedan pasar.
Podemos ser seres racionales porque tenemos la capacidad de pensar, y sólo con eso somos libres, en dado caso que nuestro pensamiento fuera controlado, como en diferentes historias de ficción, no seríamos libres. El hecho de que seamos influenciables y caigamos en ideas esclavizadas, es más que culpa nuestra, pues fuimos dotados con libre albedrío y decidimos en qué creer y en qué no hacerlo. Sin embargo, la libertad es una cadena como tal, porque tenemos la capacidad de tomar nuestras propias elecciones y como toda decisión, trae consecuencias y tenemos que aceptarlas.
Si estamos en nuestra zona de confort, somos libres de mantenernos ahí, y si tenemos un objetivo, de nadie más que de nosotros es la responsabilidad de buscar posibilidades para lograrlo, independientemente de los factores que haya.

Referencias
Fernando Savater. (1991). Ética para Amador. España: Ariel.



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